domingo, 30 de junio de 2013

Positivismo

Como vimos en el capítulo previo, los filósofos de la Ilustración veneraron la ciencia Newtoniana y comenzaron a aplicar dicho espíritu al estudio de la naturaleza y los asuntos humanos. Estas tendencias se intensificaron en el siglo xix, encontrando una expresión clara y enérgica en la filosofía positiva de Auguste Comte (1798-1857).

Comte, al igual que los filósofos de los que era heredero, no fue un filósofo, científico o académico normal, sino un escritor y conferenciante público cuyo objetivo era el cambio social y político antes que el conocimiento abstracto. Comte se dirigía a las clases trabajadoras y a las mujeres excluidas por los políticos de la aristocracia francesa restaurada, a diferencia de los filósofos, que hablaban entre ellos en sus relucientes salones aristocráticos y que cultivaban la amistad de los déspotas -ilustrados".

Comte describió la historia humana pasando por tres etapas, que culminaban, como en la mayoría de las ideologías revolucionarias, en una etapa final de gobierno perfecto. Estas etapas fueron definidas a partir de la forma característica en la que las personas explicaban los acontecimientos del mundo que les rodeaba. El primero de estos estadios era la etapa teológica. En esta etapa, la gente explicaba los fenómenos postulando entidades sobrenaturales invisibles —dioses, ángeles, demonios, almas- tras ellas. En psicología, este tipo de pensamiento está representado por el dualismo religioso tradicional o el alma racional de Platón, ya que se ve al alma como un ser inmortal y no material que guía la conducta del cuerpo. De un modo parecido, los egipcios concibieron el sol como un dios, Ra, y le adoraron para asegurarse que apareciera todas las mañanas.

El segundo estadio era la etapa metafísica. Todavía se explicaban las cosas a través de fuerzas y entidades invisibles, pero sin estar por más tiempo antropomorfizadas como dioses o elevadas a lo sobrenatural. En psicología, el concepto de forma planteado por Aristóteles pertenece a la etapa metafísica definida por Comte. El alma de un ser vivo no se concibe como sobrenatural o inmortal, sino como una esencia invisible que lo define y gobierna. El pensamiento aristotélico fue, verdaderamente, uno de los objetivos preferidos de los positivistas. Con sus esencias y entelequias, y la visión de propósitos ocultos en todas las cosas, incurrió en el peor de los crímenes para los positivistas: el de la metafísica a gran escala.

El tercer estadio era la etapa científica. En esta última fase, las explicaciones abandonaban cualquier referencia a entidades invisibles o fuerzas de algún tipo. La ciencia positivista, siguiendo a Newton, no se inventaba hipótesis sobre ninguna estructura causal oculta de la naturaleza, sino que proporcionaba principios matemáticos precisos que le permitieran ganar poder sobre ella. Esta etapa representa el triunfo de la filosofía del positivismo.

Cada etapa se rige también por una forma característica de gobierno, que depende del modo, de explicación predominante. Durante la etapa teológica, los sacerdotes tienen el gobierno, como ocurrió en Egipto, aquéllos que poseen conocimiento de los dioses y que pueden comunicarse con ellos, propiciarlos y, hasta un cierto grado, controlarlos. La etapa metafísica se regía por aristócratas refinados tales como los Guardianes de Platón o por una élite de filósofos que estaban en contacto con los asuntos sugeridores del arte y la filosofía. En la etapa científica, finalmente gobernarán los científicos. En particular, aparecerá una nueva ciencia -la sociología-. Los sociólogos, armados con una ciencia newtoniana de la sociedad, tendrán el mismo poder preciso y exacto sobre ella que el que habían tenido los científicos naturales sobre la naturaleza. Comte pensaba que con el triunfo de la ciencia desaparecerían la superstición y la religión y serían reemplazadas por una Religión de la Humanidad naturalista y racional, que rendiría culto al único poder creativo real del universo, el Homo sapiens.

Comte desdeñó a la psicología tal y como se la definía entonces. Precisamente su nombre, psyque-logos, proclamaba su dependencia de un constructo invisible, el alma, que cuando menos era metafísico, e incluso peor, religioso. Una ciencia positiva genuina de los individuos -una que descartara cualquier referencia a lo invisible tendría que ser neurofisiológica. Comte describió una jerarquía de ciencias, desde la más básica {y la que primero .se desarrolló) a la más global (la última en desarrollarse), que acabó convirtiéndose en la tesis de la Unidad de la Ciencia defendida por los positivistas lógicos. En esta jerarquía estaban las matemáticas, la astronomía, la física, la química, la fisiología, la biología y la sociología. En algunas ocasiones se incluía a la Frenología -la primera perspectiva completamente material sobre el problema mente-cerebro entre la biología y la sociología. Para Comte, al igual que para J. S. Mili, todas las ciencias utilizaban el mismo conjunto de métodos y aspiraban al ideal Newtoniano simple. De esta forma, los puntos de vista de Vico y Herder. Quienes consideraban a las ciencias sociales como diferentes fundamentalmente de las ciencias naturales, ejercieron poca influencia en el mundo anglófono y en el francófono.

Algunas de las características del esquema global de Comte parecen un poco estrambóticas. Diseñó una nueva bandera para la Francia científica que se avecinaba, así comí) unos uniformes especiales para los sociólogos gobernantes. Propuso un nuevo calendario racional de 13 meses de 28 días (más un conjunto de días de fiesta para aprovechar los días restantes). El nuevo calendario abolía las Navidades, Semana Santa y las onomásticas, reemplazándolas por los días de Newton, Galileo, y otras cosas por el estilo. Su Religión de la Humanidad nunca alzó el vuelo; incluso fracasó en atraer a otros racionalistas como Mili. Posteriormente, algunos pensadores menos extravagantes redujeron el positivismo a una filosofía de la ciencia. Ernsi Mach (1836- 1916) fue el más importante de estos sobrios positivistas.

Mach fue un gran físico alemán que elaboró el positivismo hasta convertirlo en una filosofía fundacional para la ciencia, Admiraba a Berkeley y, al igual que éste, vio a la conciencia humana como una colección de sensaciones; y consideró que el objetivo de la ciencia no era más que el ordenamiento económico de dichas sensaciones. Mach. Se atuvo a su filosofía antirrealista austera durante el gran debate sobre la legitimidad científica y la realidad ele los átomos, preguntándole a sus defensores « ¿Ha visto alguna vez alguno?». Para Mach, el conocimiento, incluyendo la teoría científica, servía sólo a funciones pragmáticas, permitiéndonos predecir adaptativamente y controlar la naturaleza. La teoría nunca debería cometer el crimen de la metafísica de aspirar a la Verdad. Mach también introdujo un método histórico crítico para el estudio de la ciencia. Creyó que muchos conceptos científicos habían incorporado adiciones metafísicas en el curso de su desarrollo, y que la mejor forma de quitar estos aditamentos y reducir los conceptos a su base sensorial era la de estudiar su desarrollo histórico. Mach, haciéndose eco de Comte, observó que la ciencia había crecido en la atmósfera teológica del siglo diecisiete y que, por consiguiente, conceptos como el de fuerza había adquirido atributos "divinos» como algo distinto que transcendía la mera experiencia.

A pesar de que el positivismo fue controvertido, tuvo una influencia sustancial sobre la psicología. Aunque Wundt fue muy crítico con el positivismo y postuló la existencia de procesos mentales no percibidos para explicar la experiencia consciente, muchos de sus estudiantes, incluidos Titchener y Külpc, simpatizaron con él. Por otra parte, el concepto de inconsciente planteado por Freud, con su fastuoso aunque invisible aparato mental, cometió el crimen de la metafísica a gran escala.

Sin embargo, el positivismo ejerció una influencia más dominante en Norteamérica. William James fue un gran admirador de Mach, cuyo concepto del conocimiento como adaptación práctica es totalmente consistente con el pragmatismo de inspiración darvinista defendido por james. Mach fue una fuente de inspiración para los positivistas lógicos del siglo xx, quienes tuvieron una influencia considerable sobre el conductismo. En nuestro siglo, el conductismo radical de B. F. Skinner ha constituido una explicación positivista rigurosa de la conducta. Aunque la psicología de Mach fue introspectiva, es decir, una psicología del sujeto, una vez que los conductistas decidieron tratar a los seres humanos como objetos de observación, la filosofía de Mach; fusionada con un realismo escocés revisado, llevó directamente al conductismo radical. Skinner mantuvo que el único objetivo de la ciencia es el de descubrir relaciones legales entre las variables dependientes e independientes, lo cual llevaría a la predicción y al control. La referencia a procesos «mentales» inobservables eran conceptos metafísicos tan ilegítimos para Skinner, como lo fueron para Mach. Es más. Cuando Skinner demandaba una utopía no democrática dirigida científicamente era una forma de comtismo sin Religión de la Humanidad. Ambos creyeron que, a través del control científico, se podía perfeccionar a los seres humanos.


De manera más general, la nueva Ilustración fijó la agenda de la psicología norteamericana del siglo xx. En el conductismo, la teoría del re forzamiento fue una extensión del utilitarismo; las teorías de la asociación de ideas se convirtieron en teorías de asociaciones estímulo-respuesta: y los psicólogos anhelaron utilizar sus logros en interés del control social, tal y como lo manifestó John B. Watson. Fundador del conductismo, para «ofrecer a la sociedad una nueva arma para controlar a los individuos».

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